domingo, 14 de junio de 2009

ERMANNO WOLF-FERRARI (1876-1948)

Nació en San Barnaba (Venecia) el 12 de enero de 1876, primer hijo de Augusto Wolf, pintor alemán, y Emilia Ferrari, madre italiana. Aunque estudió piano desde muy niño, la música no era la principal pasión de su juventud, sino la pintura, ya que deseaba ser como su padre.
Estudió de forma intensiva en Venecia e incluso viajó al extranjero a estudiar en Múnich y fue allí donde comenzó a pensar seriamente dedicarse a la música. Se matriculo en el conservatorio (1892-95) y comenzó a tomar clases de contrapunto y de composición con Josef Gabriel Rheinberger (1839-1901). Estas clases de música, inicialmente ocasionales, eclipsaron totalmente sus estudios del arte, y finalmente los dejó. A los 19 años, Wolf-Ferrari acabó los estudios del conservatorio y volvió a su casa, a Venecia. Ferrari, que era el apellido de su madre, fue agregado a su propio apellido, Wolf, en ese año 1895 y comenzó a escribir sus primeras composiciones. Trabajó como director de una agrupación coral de Milán, se casó y tuvo un niño. Por esa época pudo conocer personalmente a Arrigo Boito y al gran Giuseppe Verdi.
En 1900, tras fracasar la publicación de dos de sus intentos anteriores, Wolf-Ferrari vio la primera representación de una de sus óperas, Cenerentola, estrenada en Venecia. Fue un fracaso y la humillación le hizo volver a Múnich, donde reelaboró la obra y fue programada al año siguiente, 1902, en Bremen, con el título de Aschenbrödel, con mejor éxito. Esta sería la tónica de muchas de sus obras, que fueron mucho mejor acogidas en Alemania que en su Italia natal: así ocurrió con Le donne curiose (1903), I quattro rusteghi (1906) e Il segreto di Susanna (1909), todas ellas comedias, muy bien acogidas en sus estrenos en Alemania. Su vida estuvo desde esa época dividida entre dos países y dos culturas, que él trato de aunar: tenía la seriedad del alemán y la calma alegre del italiano; amaba el belcanto y el contrapunto; era pensativo, casi filosófico, y tolerante. Pasó su vida entre Múnich y Venecia, en Alemania deseando estar en Italia y viceversa.
En 1903 obtuvo una temprana notoriedad internacional con el estreno de dos de sus obras: la coral La Vita Nova y una nueva ópera, Le Donne Curiose. Ese mismo año fue nombrado, a los 27 años, director del Liceo «Benedetto Marcello» en Venecia. Seis años más tarde terminó su contrato y se estableció en Múnich, donde vivió y trabajó durante los siguientes 35 años apareciendo rara vez en público.

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